¿Te imaginas que lloviese
hierro en la Tierra? No obstante, no debemos pensar en trozos de metal,
sino en una forma vaporizada de este material. Y eso es lo que un grupo de
científicos a nivel internacional ha encontrado en el exoplaneta gigante WASP-76b, cuyas temperaturas permiten casi
fundir el hierro. Veamos cómo se produce este fenómeno.
WASP-76b, el exoplaneta gigante que funde el hierro
Lo cierto es que, dicho así, suena incluso alarmante. ¿Puede
un planeta lograr que llueva hierro? Lo cierto que sí, y la explicación es
lógica.
El hallazgo de este nuevo mundo ha sido posible debido al ESPRESSO, un instrumento especializado
en localizar exoplanetas rocosos, como este caso, que se halla instalado en el VLT del Observatorio Europeo Austral.
El nuevo planeta extrasolar estudiado se encuentra 390 años luz de la Tierra y
es un lugar muy inhóspito.
En este caso, se trata de un exoplaneta muy cercano a su
estrella, por lo que las temperaturas diurnas estarían subiendo por encima de
los 2400ºC. Por eso es capaz de vaporizar los metales, incluso el
hierro.
El fenómeno se produce por los fuertes vientos de la
superficie de este planeta. Por eso, el vapor de hierro es trasladado hasta las
regiones nocturnas, que son más frías, pero alcanzando aun así los 1500ºC. Y ahí es donde se condensa el
vapor en gotas que permiten la precipitación del citado hierro en forma de
lluvia. Así se desprende del estudio publicado en la revista Nature.
Llueve vapor de hierro en el terminador del planeta extrasolar
Como es lógico, este vapor de hierro sería provocado por las
enormes diferencias de temperatura que se detectan entre ambos hemisferios, el
diurno y el nocturno, con unos 900ºC de divergencia. Pero, además, el estudio
afirma que cada región tiene una química
propia que difiere entre ambas.
Esta es la primera vez que se detectan variaciones químicas
en exoplanetas de gran tamaño, con la presencia del vapor de hierro en el
terminador, lugar donde se pasa del día a la noche. Se debe a que el planeta
está anclado a su estrella y tiene una cara permanentemente iluminada, mientras
que otra está siempre oscura. Es lo que llamamos acoplamiento de marea, tal como sucede entre la Tierra y la Luna
por su cercanía.
Cada día encontramos planetas extrasolares más extraños y curiosos. Este es tan cálido que provoca que las moléculas se separen. Los átomos
resultantes como los del hierro acaban volando por la atmósfera como vapor de
agua. Y esto no ha hecho más que empezar. El futuro de la exploración
planetaria es incierto, pero esperanzador y lleno de maravillas que darán un
vuelco a lo que creemos saber sobre ciencia y universo.
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